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EL GATOPARDISMO NACIONAL

«… nada cambia, como ha quedado demostrado, las matanzas siguen, la droga circula en venta y oferta, los capos nacen a pasto, los secuestros son cotidianos, los robos a la vista y la justicia duerme el sueño de los justos.-

Noticias de la Aldea.-

Escribe: Fidencio Treviño Maldonado.-

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El gatopardismo está vigente. Antes eran los temidos GATEs, GROMS, hoy es Fuerza Coahuila. Y es lo mismo.

Las bondades que nuestros funcionarios nos venden día a día son letras al mejor postor, son infaustos contratos  que con sus » letras chiquitas» a espaldas o en papel oscuro y letra negra nos despojan hasta de nuestros apellidos, estos gatos pardos se han adueñado de todas las instituciones y de la misma función pública, es el testimonio fiel de cómo se deben de hacer las cosas, las reformas, nombrar comisiones y cambiar funcionarios , para que todo siga igual, es decir “Para que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, así de ese pelo se hacen las cosas en este país, con gatospardismos en cada Estado, en cada Institución y en cada legislatura local y a nivel nacional.

El mandato único en la república es el que moldea a los hombres, es el conducticio que eleva al funcionario a ser un ladrillo más que, insertado en  una pared, solo ve lo que le corresponde y de ahí no se mueve, es el burgués brillante, el funcionario que se cambió de puesto, de sillón, de estatus político, pero sólo él cambio, los otros, los verdaderos cambios no llegan, es decir: “Ahora como gobernador voy a cambiar o nombrar a mi sucesor, pero este cambio lo hago para que nada cambie.”

El Gatopardismo es jugar a los pollitos y la comadreja, ya que la comadreja siempre comerá pollitos o inclusive huevos y la gallina empollará pollitos o seguirá poniendo huevos, serán otros los huevos y otras las comadrejas, pero nada cambiara, así estamos en el país, en donde el gatopardismo se hace y lleva a cabo con una simpleza que asusta, vemos como en la Ciudad de México se llevara a cabo una nueva Constitución para un sólo Estado, cuando existe una,  la única añosa, rugosa, con casi un siglo a cuestas, operada y parchada en 234 ocasiones, pero sigue como las carpas viejas de los circos aguantando ventiscas y temporales  y que aún debe y deberá ser respetada y llevada a cabo, sin embargo el gatopardismo ordena que tendrán que hacer cambios, para que nada cambie.

Desde hace décadas que los programas implementados por la clase gobernante (solidaridad, oportunidades, 65 y más, entre ellos prospera, liconsa, sin hambre, etc.) han cambiado, inclusive, algunos de nombre y también de jefes y están destinados o fueron implementados para terminar con la pobreza, sin embargo nada ha cambiado a la fecha, sólo ordenadores, cifras alegres, gráficas luminosas y reuniones alegóricas.

Nuestros gatopardistas nacionales son alebrijes, los caciques que reviven en cada esquina en donde hay elecciones, son diferentes hombres, personajes fantasmagóricos con ideas, y diferentes promesas, colores cambiantes, todo pasión desbordada, pero el fin que se persigue es que todo siga igual, como ha quedado demostrado.

Calderón movió el panal, las avispas se enojaron y los enjambres comenzaron aguijonear al pueblo, llego Peña Nieto, hizo cambios en los cuerpos de seguridad, se les dio otros nombres, levantó grandes humaredas para espantar a tanto bicho enojado, pero esos cambios tenían o tienen un fin: que todo siga igual, que nada cambie, como ha quedado demostrado, las matanzas siguen, la droga circula en venta y oferta, los capos nacen a pasto, los secuestros son cotidianos, los robos a la vista y la justicia duerme el sueño de los justos, cual si fuese un bebe sano de dos semanas de edad, después de mamar la teta frondosa de su adorable madre.

El Gatopardismo según un viejo escrito, antes de la novela de Giuseppe Tomasi, Di L.(Publicada Aproximadamente en 1947 ) con algunos señores feudales este rasgo nace en Syracuse entre la Cosa Nostra y la mafia siciliana, incluye algunos premiados de la Iglesia y su dogma era “Frente a la realidad es preciso plantear las medidas adoptadas, los esfuerzos realizados y los recursos invertidos para lograr el fin pacificador del pueblo en libertad, remover mucho para todo siga igual y no peor”.

De ahí que cientos o miles de hombres y mujeres sigan brincando de un puesto a otro, de una función a otra de más baja u alta que la anterior, es decir, más de mismo para seguir en lo mismo. Es pues el país nuestro, un pequeño mundito inmerso en la fantasía, no hay salida, nos damos día a día golpes con la realidad, el mundo que habitamos es más plural y variado, la globalización para acabarla de amolar está terminando con las culturas y los que mandan en el país, son señores feudales, en donde la democracia ejercida por el gatopardismo ha sido secuestrada en el totalitarismo visible y latente en que vivimos o tratamos de sobrevivir.

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